Consejos prácticos y curiosidades de Praga

Transportes

– El transporte público en Praga funciona bastante bien. Hay tres estaciones de metro que son las más utilizadas por los turistas: Staremesto, Malastranska y Mustek. Cualquiera de las tres son una buena base para explorar el centro de Praga, siendo Staremesto la más céntrica. Staremesto es prácticamente peatonal (la mayoría de los tranvías la bordean, pero no entran por sus calles casi laberínticas), por lo que el metro es la mejor opción. Además, dado que los tranvías que cruzan el río pueden hacerlo por puentes diferentes y que es difícil memorizar el nombre de las paradas en checo, el metro resulta más manejable para quien no quiera complicarse.

– Ojo a la hora de comprar los billetes. Hay un billete con precio reducido para trayectos cortos en metro, autobús o tranvía y sin transbordos, por lo que siempre está bien contar el número de paradas o hacer una previsión del tiempo del viaje antes de comprar el billete para saber si nos basta con comprar el billete reducido. Hay que tener en cuenta, también, que si viajamos con maletas grandes es necesario comprar un billete especial.

– Dado que en el metro no hay torniquetes de acceso y que en el tranvía no es necesario entrar por la zona del conductor, podemos tener la tentación de colarnos. No es una buena idea, ya que no es extraño que aparezcan inspectores, sobre todo en las estaciones de transbordo en el metro, para controlar que tenemos un billete válido. Es importante tener en cuenta también que el billete que compremos en los kioscos o en las máquinas expendedoras no nos sirve de nada si no lo validamos en las máquinas de la entrada del metro o en las canceladoras del interior de los tranvías. Si no lo hacemos, recibiremos una multa.

Para llegar al Castillo, la estación de metro más cercana es la de Malastranska. Sin embargo, hay que tener en cuenta que para llegar hasta él hay que subir una pendiente importante por un largo tramo de escaleras. Para quien quiera ahorrarse el agotamiento, puede bajarse en la siguiente estación de la línea verde, Hradcanska, y llegar al Castillo con un pequeño paseo de 10 minutos sin cuestas.

Museos, visitas y atractivos

– En mi opinión, el atractivo de Praga está más en sus calles, sus casas y su paisaje urbano que en grandes monumentos. La mejor atracción de la ciudad y la mejor manera de descubrirla es caminando por ella. Eso sí, la zona de Staremesto está compuesta por calles pequeñas, estrechas y retorcidas, por lo que puede resultar difícil orientarse por ella, más aún teniendo en cuenta que la rotulación de las calles no siempre es tan abundante como en España. Si nos internamos en ella, es bueno que vayamos con un plano para evitarnos rodeos innecesarios y ahorrar bastante tiempo.

– Las entradas para los monumentos en el complejo del Castillo y la zona judía se venden en diferentes paquetes que incluyen varias visitas. Para los no aficionados a los museos, iglesias o este tipo de visitas, las entradas a estas dos zonas monumentales puede que no compensen. Hay que tener en cuenta que, en el complejo del Castillo, las entradas sólo son necesarias para acceder al interior de algunos de los edificios y se puede callejear tranquilamente por el recinto sin necesidad de sacar una entrada. Personalmente, la visita de la zona judía me parece algo más interesante que la del Castillo.

– Para ver el interior de la Catedral del recinto del Castillo no es necesario sacar una entrada. Se puede entrar libremente a una pequeña zona de la iglesia cercana a la puerta, desde la que tenemos una visión general. La entrada a la Catedral sirve únicamente para poder recorrerla y acercarse a las zonas del fondo. Algunos locales nos comentaban que se permite el acceso a aquellas personas que van a rezar o, al menos, que dicen que van a rezar.

– En bastantes de los museos o atractivos turísticos que requieren entrada -al menos en los principales lugares de interés de Praga- se cobra un extra por el derecho a hacer fotografías. En realidad, salvo en los tours guiados donde se está siempre junto al guía, una vez dentro del museo o el monumento, especialmente en momentos de poca afluencia turística, siempre surgen oportunidades para sacar la cámara o, incluso, para fotografiar libremente. Si, de todos modos, no se quiere fotografiar “clandestinamente”, se puede encargar a una persona del grupo que saque las fotografías para todos.

– Praga es una ciudad enormemente turística. En algunas zonas como el Puente de San Carlos o la Plaza del Ayuntamiento Viejo y el reloj astronómico, es frecuente que haya aglomeraciones. Son los dos puntos de referencia turísticos para encontrarse con otras personas, pero si nos parece que hay demasiada gente para encontrarnos con facilidad, podemos siempre buscar alternativas.

– Una opción para pasar una tarde tranquila y relajada en los meses de buen tiempo es alquilar una barca, quedarse con ella en alguna zona del río e improvisar un picnic. No es caro y resulta muy agradable con las vistas de la ciudad.

– Dentro del recinto del Castillo, junto a las escaleras que bajan hasta Malastrana, hay una puerta que da a un pequeño jardín tranquilo y con algunas de las mejores vistas de la ciudad. Curiosamente, pasa algo inadvertido entre los turistas.

– Para relajarse un rato, nada mejor que el pequeño parque de la isla de Strelecky, en mitad del río, al que se llega bajando unas escaleras por el puente de Legii.

Comida y bebida

– El centro de Praga, como lugar turístico que es, cuenta con muchísimos restaurantes. Abundan, especialmente, aquellos que ofrecen comida local. Ni la comida, ni la bebida suelen ser especialmente caros en ellos, salvo en lugares muy específicos y concretos; pero como en buena zona turística siempre será un poco más caro que otros restaurantes. Si nos cansamos de comer en lugares turísticos y queremos ir a otras zonas algo más locales, podemos desplazarnos a la zona de Andel o callejear por Nove Mesto para encontrar restaurantes menos locales. Eso sí, quizá encontremos un nivel menor de inglés por parte de los camareros y, hándicap importante, la carta estará únicamente en checo, con lo que será difícil hacer una elección adecuada de la comida.

– La comida y la cerveza son baratas, pero el servicio suele ser lento y algo arrogante. Al ir a un restaurante hay que armarse de paciencia y tener en cuenta que, en muchos lugares, no se va a cuidar la atención al cliente.

La cerveza es uno de los grandes atractivos gastronómicos de Praga y de la República Checa en general. Además de ser de excelente calidad, es baratísima. Nos llamará la atención que, en los carteles, se utilice el símbolo de los grados (º) para distinguir tipos de cerveza. Aunque pudiéramos pensar que corresponde a la graduación alcohólica de la cerveza, no lo es, sino que responde al porcentaje de azúcar que está presente en cada variedad. No hay que sorprenderse, por tanto, si encontramos números superiores a 10 -que es lo normal-. La verdadera graduación alcohólica de la cerveza nos vendrá dada junto con el símbolo del porcentaje (%).

– Las marcas principales de cerveza son Gambrinus y Pilsner Urquell, pero si queremos probar otras variedades, hay algunos restaurantes que disponen de otras cervezas de otras zonas de la República Checa o, incluso, algunos que fabrican su propia cerveza. Conviene probarlos.

– La cerveza es la República Checa es muy buena, muy barata y muy fácil de encontrar. Por eso no es raro que no nos demos cuenta de que estamos abusando de ella y nos excedamos en consumirla. Cuidado con los excesos y sus consecuencias, especialmente si se está solo.

Otros consejos prácticos

– Dada la situación geográfica de la República Checa, mucho más al Este que España, el sol sale y se pone notablemente antes, por lo que es una buena idea madrugar si no queremos que el sol se ponga demasiado pronto, especialmente en invierno.

– Si queremos hacer excursiones a lugares de interés cercanos sin complicarnos demasiado, tanto los hoteles como las agencias locales nos ofrecerán excursiones a lugares próximos como Karlovy Vary o Cesky Krumlov. No obstante, muchas de ellas podremos organizarlas por nuestra cuenta sin muchos problemas y a un precio muy económico. Los autobuses de Student Agency a Karlovy Vary, por ejemplo, son excelentes, frecuentes y económicos.

Si visitamos Karlovy Vary uno de los principales atractivos y curiosidades de la ciudad será el hecho de tener acceso ilimitado y gratuito a las fuentes de aguas minerales. La tradición es tomarlas con un vaso de cerámica con un pequeño caño incorporado que se pueden encontrar en muchos puestos de recuerdos, pero es posible utilizar también cualquier recipiente que tengamos a mano. Eso sí, el hecho de beber mucha agua supone también que, en algún momento, tengamos que visitar el servicio. La mayor parte de los aseos públicos de la ciudad requieren un pequeño pago de entre 5 y 10 coronas, por lo que conviene llevar siempre algunas monedas sueltas por si nos surge la necesidad.